Los familiares del paciente desempeñan un papel fundamental en el proceso de rehabilitación. Uno de los factores más importantes para la recuperación del paciente es la participación y el apoyo de su familia.
Los integrantes de la familia se ven afectados por la discapacidad del paciente y, muchas veces, se convierten en co-asistentes del cuidado del enfermo. Pueden verse sometidos a muchos cambios debido a la discapacidad del paciente. Los miembros de la familia con frecuencia pasan por el mismo período de dolor que el paciente cuando se produce la pérdida de una función. Las lesiones severas, una enfermedad crónica o una discapacidad pueden significar un cambio en los roles de los miembros de la familia.
Por ejemplo, un ama de casa puede tener que volver a trabajar y convertirse en el sostén de la familia como consecuencia de la discapacidad de su marido; un hijo puede tener que ajustar su horario laboral para ayudar en los cuidados de su padre o su madre. Dichos cambios pueden causar estrés y conflictos en la familia. Los cambios en los planes de vida, las cuestiones relativas al cuidado de los hijos y la reinserción en la sociedad pueden ocasionar nuevos problemas para los pacientes y sus familiares.
La aceptación y el apoyo de la familia pueden ayudar al paciente a recuperar la autoestima y a mejorar la imagen de sí mismo después de la discapacidad. Las actitudes positivas y la reafirmación de los seres queridos a menudo ayudan al paciente a trabajar para restablecerse. La participación, la flexibilidad y la comunicación abierta de los familiares pueden superar muchas barreras asociadas con la discapacidad. Los familiares que infunden esperanzas pueden ayudar al paciente a adaptarse y a confiar más en sus propias capacidades.
La familia es un sistema en la medida que esta constituida por una red de relaciones; es natural, porque responde a necesidades biológicas y psicológica inherentes a la supervivencia humana; y tiene características propias, en cuanto no hay ninguna otra instancia social que hasta ahora haya logrado reemplazarla como fuente de satisfacción de las necesidades psicoafectivas tempranas de todo ser humano.
En tanto la motivación por atender a los seres queridos es a menudo grande, la carga física y emocional que soporta el cuidador puede, en ocasiones, resultar agobiante. En primer lugar, hay que considerar qué tantos cuidados se esperan de la familia una vez que el paciente sale del centro de rehabilitación. Por ejemplo, un estudio reciente demostró que hasta el 75 por ciento de la atención en el hogar era brindado por los integrantes de la familia. Esto resultó cierto aún cuando un profesional de la atención de la salud también se encargaba del paciente.
Como consecuencia, los cuidadores experimentan un estrés único. La mayoría de los estudios sostienen que los cuidadores no se sienten capacitados para desempeñar este rol. A menudo se sienten aislados, ansiosos y deprimidos. Mantener una comunicación adecuada con el equipo de atención médica y otros recursos disponibles constituye una preocupación adicional. Este rol requiere de mucho tiempo y puede ser confuso. Los múltiples roles que un cuidador debe ocupar en forma constante incluyen:
* brindar atención física al integrante de la familia que es discapacitado
* contribuir económicamente con los gastos de la casa
* atender a otros integrantes de la familia
* responder a los inevitables altibajos que se presentan durante los cuidados
de rehabilitación
La Terapia familiar en los casos de lesiones cerebrales ya está ofreciéndose en escenarios asistenciales.
Al igual que los pacientes, los cuidadores deben ser educados para enfrentar las demandas del plan de rehabilitación que se fija para el enfermo. En realidad, deben ser incluidos en el desarrollo de este plan.
Si no se brinda esta preparación, es posible que los cuidadores sobreprotejan al familiar enfermo y, sin darse cuenta, impidan el proceso de recuperación.
Los cuidadores no sólo deben ser educados para desempeñar este rol, sino que también necesitan recibir apoyo. Ya sea que se trate de un programa de asesoría o una interacción en equipo que brinde apoyo para resolver problemas, la contención disminuye la soledad y la ansiedad asociadas con la atención de un familiar enfermo.
Los cuidadores deben, además, encontrar tiempo para dedicarse a ellos mismos, lejos del rol que desempeñan al brindar atención. Quizás esta sea la estrategia más importante para sobrellevar la situación, si bien la menos disponible, con la que podrían contar los cuidadores.
Tal como lo sugieren investigaciones recientes, sería muy beneficioso estudiar las necesidades reales de los cuidadores antes de enviar a casa a un familiar enfermo. Por ejemplo, las modificaciones que se necesitan hacer en una casa o la falta de personas que se encarguen de los cuidados son cuestiones cruciales al llevar a cabo un plan de rehabilitación para quienes sufrieron un accidente cerebro vascular o una lesión cerebral traumática.
La importancia del cuidador no puede subestimarse en el lugar que ocupa en una rehabilitación exitosa de sobrevivientes a lesiones. A medida que los cuidadores ganan confianza, ellos y sus seres queridos deberían sentir que las atenciones que brindan son menos estresantes y más gratificantes.
Seguimos en el camino de la Recuperación.....
Un fuerte Abrazo
Ruben Carbo
Los integrantes de la familia se ven afectados por la discapacidad del paciente y, muchas veces, se convierten en co-asistentes del cuidado del enfermo. Pueden verse sometidos a muchos cambios debido a la discapacidad del paciente. Los miembros de la familia con frecuencia pasan por el mismo período de dolor que el paciente cuando se produce la pérdida de una función. Las lesiones severas, una enfermedad crónica o una discapacidad pueden significar un cambio en los roles de los miembros de la familia.
Por ejemplo, un ama de casa puede tener que volver a trabajar y convertirse en el sostén de la familia como consecuencia de la discapacidad de su marido; un hijo puede tener que ajustar su horario laboral para ayudar en los cuidados de su padre o su madre. Dichos cambios pueden causar estrés y conflictos en la familia. Los cambios en los planes de vida, las cuestiones relativas al cuidado de los hijos y la reinserción en la sociedad pueden ocasionar nuevos problemas para los pacientes y sus familiares.
La aceptación y el apoyo de la familia pueden ayudar al paciente a recuperar la autoestima y a mejorar la imagen de sí mismo después de la discapacidad. Las actitudes positivas y la reafirmación de los seres queridos a menudo ayudan al paciente a trabajar para restablecerse. La participación, la flexibilidad y la comunicación abierta de los familiares pueden superar muchas barreras asociadas con la discapacidad. Los familiares que infunden esperanzas pueden ayudar al paciente a adaptarse y a confiar más en sus propias capacidades.
La familia es un sistema en la medida que esta constituida por una red de relaciones; es natural, porque responde a necesidades biológicas y psicológica inherentes a la supervivencia humana; y tiene características propias, en cuanto no hay ninguna otra instancia social que hasta ahora haya logrado reemplazarla como fuente de satisfacción de las necesidades psicoafectivas tempranas de todo ser humano.
En tanto la motivación por atender a los seres queridos es a menudo grande, la carga física y emocional que soporta el cuidador puede, en ocasiones, resultar agobiante. En primer lugar, hay que considerar qué tantos cuidados se esperan de la familia una vez que el paciente sale del centro de rehabilitación. Por ejemplo, un estudio reciente demostró que hasta el 75 por ciento de la atención en el hogar era brindado por los integrantes de la familia. Esto resultó cierto aún cuando un profesional de la atención de la salud también se encargaba del paciente.
Como consecuencia, los cuidadores experimentan un estrés único. La mayoría de los estudios sostienen que los cuidadores no se sienten capacitados para desempeñar este rol. A menudo se sienten aislados, ansiosos y deprimidos. Mantener una comunicación adecuada con el equipo de atención médica y otros recursos disponibles constituye una preocupación adicional. Este rol requiere de mucho tiempo y puede ser confuso. Los múltiples roles que un cuidador debe ocupar en forma constante incluyen:
* brindar atención física al integrante de la familia que es discapacitado
* contribuir económicamente con los gastos de la casa
* atender a otros integrantes de la familia
* responder a los inevitables altibajos que se presentan durante los cuidados
de rehabilitación
La Terapia familiar en los casos de lesiones cerebrales ya está ofreciéndose en escenarios asistenciales.
Al igual que los pacientes, los cuidadores deben ser educados para enfrentar las demandas del plan de rehabilitación que se fija para el enfermo. En realidad, deben ser incluidos en el desarrollo de este plan.
Si no se brinda esta preparación, es posible que los cuidadores sobreprotejan al familiar enfermo y, sin darse cuenta, impidan el proceso de recuperación.
Los cuidadores no sólo deben ser educados para desempeñar este rol, sino que también necesitan recibir apoyo. Ya sea que se trate de un programa de asesoría o una interacción en equipo que brinde apoyo para resolver problemas, la contención disminuye la soledad y la ansiedad asociadas con la atención de un familiar enfermo.
Los cuidadores deben, además, encontrar tiempo para dedicarse a ellos mismos, lejos del rol que desempeñan al brindar atención. Quizás esta sea la estrategia más importante para sobrellevar la situación, si bien la menos disponible, con la que podrían contar los cuidadores.
Tal como lo sugieren investigaciones recientes, sería muy beneficioso estudiar las necesidades reales de los cuidadores antes de enviar a casa a un familiar enfermo. Por ejemplo, las modificaciones que se necesitan hacer en una casa o la falta de personas que se encarguen de los cuidados son cuestiones cruciales al llevar a cabo un plan de rehabilitación para quienes sufrieron un accidente cerebro vascular o una lesión cerebral traumática.
La importancia del cuidador no puede subestimarse en el lugar que ocupa en una rehabilitación exitosa de sobrevivientes a lesiones. A medida que los cuidadores ganan confianza, ellos y sus seres queridos deberían sentir que las atenciones que brindan son menos estresantes y más gratificantes.
Seguimos en el camino de la Recuperación.....
Un fuerte Abrazo
Ruben Carbo
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