miércoles, 27 de agosto de 2008

Factores de Riesgo para un posible ACV.

Se entiende por factores de riesgo aquellas circunstancias o aspectos que aumentan la probabilidad de que ocurra un daño; diremos entonces que los condicionantes que pueden predisponer el cuadro de ACV, se pueden clasificar en:

Factores de riesgos modificables y/o controlables, como son:

1. Consumo de cigarrillos: El fumar duplica el riesgo de ACV. Acelera el endurecimiento de las arterias, incrementa las chances de formación de trombos y aumenta la presión arterial. Lo importante es saber que al dejar de fumar el riesgo de ACV disminuye notoriamente.

2. Consumo de alcohol: Diversos estudios demuestran que beber con moderación (hasta dos copas diarias) puede reducir el riesgo de ACV a casi la mitad. Sin embargo beber más de dos copas por día, puede aumentar el riesgo en tres veces. El alcohol es una droga que puede interactuar negativamente con los medicamentos.

3. Exceso de peso: Indiscutiblemente que representa una sobrecarga para todo el sistema circulatorio, y además conlleva en lo general otros factores de riesgo en su carácter de aditivo como pueden ser hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes. La dieta juega un rol muy importante, se recomienda disminuir en ella el consumo de sal, grasas saturadas y colesterol.; si fuera necesario también los hidratos de carbono.

4. Sedentarismo: Es un importante factor de riesgo, la actividad física regular disminuye la posibilidad de ACV, se recomiendan 30 a 40 minutos de actividad aeróbica por lo menos 3 veces a la semana. No sólo reduce el riesgo de ACV, sino también de enfermedades cardiovasculares.

5. Hipertensión arterial: Está relacionada directamente con el ACV, aumenta en cuatro veces el riesgo. Lesiona la pared de los vasos arteriales de forma gradual .Por lo tanto necesita de un control y tratamiento. Hay estudios que demuestran que varias personas que sufrieron un ACV no conocían ser hipertensos.

6. Fibrilación Auricular: Esta arritmia es responsable de producir trombos y con la consecuente posibilidad de oclusiones arteriales. Aumenta también de cuatro a seis veces la posibilidad de producir ACV. Por lo tanto su diagnóstico y tratamiento son de vital importancia, siendo posible su control a través de medicamentos o procedimientos eléctricos como es la cardioversión.

7. Enfermedad cardiaca: Las afecciones de las arterias coronarias, insuficiencia cardiaca, representan también riesgo para ACV. Los ateromas de las arterias pueden desprenderse y migrar al cerebro, ocluyendo finas arterias cerebrales. Y disminuyendo o suprimiendo el flujo sanguíneo normal.

8. Hipercolesterolemia: Los valores de colesterol sérico deben ser conocidos, ya que este factor es indirecto para ACV, pero pone a las personas en alto riesgo de enfermedad coronaria. Cambios en la dieta suelen ser las medidas más fáciles para reducir los niveles altos de colesterol en sangre, con ejercicios físicos. De todas maneras hay medicación para controlar aquellos aumentos de colesterol que no obedecen a la dieta y el ejercicio.

9. Diabetes: Aumenta el riesgo. Esto se puede deber a las alteraciones arterialescirculatorias que ocasiona. Es muy importante mantener las cifras de glicemia de manera controladas.

10. Ataques previos de ACV, conocidos como Crisis Isquemias Transitorias (CIT) Son conocidos como episodios cortos de síntomas de ataque cerebral que usualmente duran pocos minutos y no dejan daño permanente instalado. Más de un tercio de las personas que experimentan CIT regresan a ACV.

Estos factores de riesgo indudablemente pueden ser reducidos con educación a la sociedad, cambios en estilos de vida y con cuidados y tratamiento.

Factores de riesgo no modificables:

1. Edad: Las posibilidades de tener un ACV aumentan con la edad. Dos tercios de todos los ataques cerebrales ocurren en personas mayores de 65 años. Aunque en los últimos años se vio un aumento considerable en la población adulta joven.

2. Género: Los varones tienen ligeramente mayor probabilidad de padecer un ACV que las mujeres.

3. Historia familiar: A pesar que el riesgo verdadero varía, las personas con historia familiar de ataques cerebrales tienen mayor prevalencia para ACV.

Tener uno más factores de riesgo individuales, no controlables, no significa necesariamente ACV, significa que se deberá prestar especial atención al estilo de vida y a los factores de riesgo que se puedan sumar y controlar.

La detección y el manejo de los factores de riesgo para ACV son la mejor manera de disminuir el verdadero riesgo, para lo cual los integrantes del equipo de salud deben mantener una actitud de promoción y prevención.

La Asociación Americana del Corazón hace una pregunta muy interesante cuando trata ese tema: “¿Cuál es su riesgo de tener un ataque cerebral?” Y responde así: “Si yo puedo tener un ACV, usted también puede tenerlo”

jueves, 21 de agosto de 2008

Afasia. Causas, Clasificacion y Tratamiento.


Una afasia es una disfunción en los centros o circuitos del lenguaje del cerebro que imposibilita o disminuye la capacidad de comunicarse mediante el lenguaje oral, la escritura o los signos, conservando la inteligencia y los órganos fonatorios.

La palabra afasia procede del vocablo griego ἀφασία: imposibilidad de hablar.

Causas de la afasia

La afasia es causada por un trauma o una infección cerebral como:

  • Accidente Cerebro Vascular o ictus: Es la causa más frecuente de afasia sobre todo producido por isquemia trombótica o embolígena.
  • Traumatismo Craneoencefalico: Provocado generalmente por un accidente.
  • Infecciones localizadas o difusas del cerebro, como absceso cerebral o encefalitis.

Clasificación: los síndromes afásicos corticales

Las afasias corticales se dan por una lesión perisilviana (alrededor de la cisura de Silvio). Son las más comunes y se diferencian de las transcorticales en que en las corticales la repetición está alterada en grado variable.

Sindrome de Landau-Kleffner: Es un trastorno infantil asociado a trastornos epilépticos. En el 75% de los casos existe un problema afásico junto con un problema epiléptico. Éste último, se suele corresponder con una crisis tónico-clónica generalizada. Sus síntomas aparecen en torno a los 4-5 años. Hasta esa edad los niños se comportan normalmente, muestran un desarrollo psicológico y motor normal. Por razones desconocidas, a partir de esa edad muestran un deterioro del lenguaje, tanto de los aspectos expresivos como comprensivos. Las técnicas de neuroimagen no han arrojado todavía ninguna causa orgánica. Algunas técnicas metabólicas sí han encontrado una disminución en el metabolismo cerebral a nivel temporal.

Afasia de Broca

Se produce por lesión de la circunvolución frontal inferior (area de Broca) izquierda y áreas adyacentes. Se caracteriza por la casi imposibilidad para articular y el empleo de frases cortas (habla telegráfica), que son producidas con gran esfuerzo y aprosodia.

La afasia de Broca, por lo tanto, se caracteriza por ser una afasia no fluida (o de tartamudeo). Por ejemplo, una persona con afasia de Broca puede decir, "caminar perro", pero en realidad está tratando de decir que sacará al perro de paseo. La misma oración también podría significar "¿usted saca al perro a caminar?", o "el perro salió caminando al patio", dependiendo de las circunstancias.

También suelen estar alteradas la denominación, la lectura (alexia) y la escritura (agrafía).

En la afasia de Broca la comprensión es mejor que la expresión, aunque ésta puede estar alterada en distintos grados. Debido a ello, los sujetos pueden ser conscientes de sus dificultades y frustrarse fácilmente por sus problemas de lenguaje. Suele acompañarse de paresia del hemicuerpo derecho.

Sintetizando, los síntomas de una afasia de Broca son los siguientes:

  • el paciente habla poco y tiene conciencia de sus errores.
  • tiene problemas para encontrar las palabras deseadas.
  • su articulación es deficiente.
  • realiza grandes esfuerzos para acompasar la lengua, la faringe y la laringe.
  • las palabras que emite están deformadas, y se han eliminado de su discurso aquéllas más complicadas.
  • la gramática es de una enorme simplicidad, sobre todo en lo referente a elementos de enlace (preposiciones, conjunciones...).
  • el estilo, en general, es del tipo telegráfico.
  • la comprensión del lenguaje es casi normal.

Afasia de Wernicke

Se produce por lesión de áreas témporo-parietales (area de Wernicke). Se caracteriza por un déficit para la comprensión y un habla fluida pero completamente desprovista de sentido. Los individuos con este tipo de afasia pueden hablar con oraciones largas (logorrea), que no tienen ningún significado; agregan palabras innecesarias y neologismos y cambian unas palabras por otras parafasias. Esto hace que su habla alguna vez haya sido denomida como "de ensalada de palabras". En algunos casos el número de sustituciones puede ser tan grande que hace el habla ininteligible (jergafasia).

Por ejemplo, alguien con afasia de Wernicke puede decir, Usted sabe que el pichicho locucio y que quiero rodearlo y atenderlo como usted desea anteriormente, pero que en realidad significa "el perro necesita ir fuera así que lo llevaré a dar un paseo".

Los individuos con afasia de Wernicke tienen generalmente grandes dificultades para comprender y entender el habla; incluyendo la propia y, por lo tanto, no son conscientes de los errores que cometen al comunicarse (anosognosia).

En la afasia de Wernicke también suele estar alterada la repetición, pero la denominación por confrontación visual suele ser normal. El grado de alteración de comprensión lectora es muy variable, pudiendo en algunos casos llegar a utilizarse como método compensatorio en la rehabilitación.

Estos individuos por lo general no presentan ninguna debilidad corporal porque su lesión cerebral no está cerca de las partes del cerebro que controla los movimientos.

Sintetizando, en la afasia de Wernicke los síntomas son los siguientes:

  • el paciente habla mucho, como si estuviese alterado.
  • las palabras que usa están transformadas, cambiadas de lugar y alteradas en su fonética.
  • el paciente no entiende lo que se le dice ni es consciente de sus errores.

Afasia de conducción

Se produce por una lesión del fascículo arqueado, que conecta el area de Broca y de Wernicke. Su principal característica es una incapacidad para la repetición.

El output es parafásico y más fluido que en la afasia de Broca, pero menos que en la de Wernicke. Debido a esto se realizan muchas pausas en un intento de encontrar las palabras adecuadas. Así, un paciente con afasia de conducción emite frases de 3, 4 y 5 palabras, una melodía más o menos normal, con relativamente poco esfuerzo al hablar y buena articulación. No suelen mostrar déficits sintácticos.

La comprensión del lenguaje oral es variable aunque fundamentalmente preservada. La lectura en voz alta y la escritura están alteradas; pero la comprensión lectora suele estar conservada.

No suele haber paresia del hemicuerpo en la fase crónica; aunque es común que la haya en la fase aguda; recuperándose posteriormente. La afasia de conducción suele acompañarse de apraxia.

Afasia global

Se utiliza dicho término para denominar el tipo de afasia en el que tanto la comprensión como la expresión están alteradas; compartiéndose por tanto rasgos de la afasia de Broca y de la afasia de Wernicke. Se produce generalmente por la interrupción temporal del riego sanguíneo en la arteria cerebral media.

En un primer momento suele aparecer un mutismo total pasando luego a cierta verbalización. Estas verbalizaciones suelen ser esterotipias verbales repetitivas y pueden presentarse como sílabas sueltas (por ejemplo el paciente puede que diga únicamente ta ta ta ta) a las que se dota de entonación e inflexión expresiva o palabras o frases sencillas completas.

La comprensión aunque permanece siempre muy deficitaria puede recuperarse más que la expresión; evolucionando tras la recuperación (especialmente con rehabilitación) a una afasia de Broca grave. Esta característica es la que aconseja que la rehabilitación en este subtipo se dirija a una mejoría de la comprensión; pese a que en muchos casos los familiares están más preocupados por la expresión.

Clasificación: Las afasias transcorticales y la afasia anómica

La principal característica de las afasias transcorticales es la preservación de la repetición.

Afasia transcortical motora

Aparece por lesiones en la sustancia blanca inmediatamente anterior al asta frontal del ventrículo lateral izquierdo; o por lesiones corticales y de sustancia blanca en las regiones prefrontales y premotoras que rodean el opérculo frontal.

El paciente con afasia transcortical motora sufre una reducción importante del habla espontánea: es dificultosa, escasa, disprosódica y generalmente compuesta de frases cortas. Esto contrasta con su repetición; ya que pueden llegar a repetir frases bastante largas. Sería por tanto similar a la afasia de Broca aunque más leve y con la repetición conservada.

La comprensión está preservada y conservan la capacidad de denominación aunque suelen necesitar ayudas articulatorias.

Suele acompañarse de alteraciones motoras derechas. También puede presentarse apraxia ideomotora, afectando a la realización de acciones a la orden con el miembro superior izquierdo no paralizado.

Afasia transcortical sensorial

En la afasia transcortical sensorial el output verbal es fluido (frecuentemente parafásico y de contenido irrelevante) y la comprensión es muy limitada; pero la repetición, al igual que en el resto de afasias transcorticales está conservada. Sería por tanto similar a una afasia de Wernicke, pero de carácter más leve y con la repetición conservada. La lectura y escritura están alteradas

Afasia transcortical mixta

El habla espontánea es pobre, aunque cuando alguien le habla puede responder con una verbalización fluida corta; sin embargo la respuesta es casi una repetición directa de las palabras del otro (ecolalia); sin que exista comprensión. La denominación, lectura y escritura están alteradas. Sería similar a una afasia global, pero con la repetición conservada.

Afasia anómica

Es la afasia más leve y frecuente. Puede ocurrir por lesiones en muy diversas localizaciones o ser el déficit residual de la evolución de una afasia de otro tipo tras un proceso de rehabilitación. La afasia anómica se caracteriza por una importante dificultad en la denominación junto a un output fluido, una comprensión relativamente preservada y una capacidad para la repetición casi normal.

Esta dificultad es similar al "tener algo en la punta de la lengua", pero mucho más a menudo; y hace que el paciente dé continuos rodeos para explicarse sin utilizar la palabra que busca (circunloquio), y utilizar muchas palabras poco específicas (eso, cosa...).

Tratamiento de la afasia

El tratamiento de la afasia es el tratamiento de la enfermedad de base que la ha producido. En algunos casos un individuo se recuperará completamente de la afasia sin tratamiento. Este tipo de recuperación espontánea ocurre generalmente después de sufrir un ataque transitorio isquémico (AIT), una clase de accidente cerebrovascular en el que el flujo sanguíneo que va al cerebro es momentáneamente interrumpido, pero restaurado rápidamente. En estas circunstancias, la capacidad del lenguaje puede regresar en unas pocas horas o unos pocos días. Sin embargo, en la mayoría de los casos de afasia, la recuperación de la capacidad del lenguaje no es ni tan rápida ni mucho menos tan completa.

Mientras muchos individuos con afasia también experimentan un período de recuperación espontánea parcial (en el cual algunas de las capacidades del lenguaje retornan durante unos pocos días o un mes después de la lesión cerebral), siempre quedarán secuelas del desorden. En estos casos, la terapia de habla y lenguaje es útil. La recuperación sigue generalmente durante un período de 2 años.

La mayoría de las personas creen que el tratamiento más eficaz empieza a principios del proceso de recuperación. Algunos de los factores que influyen en la mejora incluyen la causa del daño cerebral, el área del cerebro que estaba dañado, el grado de lesión cerebral y la edad y salud del individuo. Factores adicionales incluyen motivación, el entorno, el nivel educacional, o la capacidad del sujeto para darse cuenta de sus propios déficits.

La terapia para superar la afasia se concentra en mejorar la capacidad de un individuo de comunicarse usando el resto de las capacidades de comunicación que tiene el paciente, restaurar las capacidades del lenguaje dentro de lo posible, compensar los problemas del lenguaje y aprender otros métodos para comunicarse.

El tratamiento puede ofrecerse en forma individual o en grupo. La terapia individual se enfoca en las necesidades específicas de la persona. La terapia grupal ofrece la oportunidad de desarrollar nuevas capacidades de comunicación dentro de un entorno cómodo y adecuado para el paciente.

Las comunidades de accidentes cerebrovasculares, grupos regionales de apoyo, son formadas por individuos que han tenido un accidente cerebrovascular, y están disponibles en la mayoría de las principales ciudades. Estos grupos o comunidades también ofrecen la oportunidad de probar nuevas aptitudes de comunicación. Además, pueden ayudar al individuo y a su familia a ajustarse a los cambios que involucra sufrir un accidente cerebrovascular y tener afasia. La participación familiar es un componente crucial en el tratamiento de afasia, para que así los miembros de la familia puedan aprender la mejor manera de comunicarse con la persona querida.

Así, en el actual tratamiento de la afasia (en su fase postaguda), son indispensables tanto la actuación de un neuropsicólogo clínico, que coordinará la estrategia a llevar y efectuará rehabilitación, como la de un logopeda.

Pautas para la familia

La familia puede hacer las siguientes cosas para colaborar con el tratamiento del paciente:

  • Simplificar el lenguaje a través del uso de oraciones cortas y sin complicaciones.
  • Repetir el contenido de las palabras o señalar palabras claves para aclarar el significado de la oración según sea necesario.
  • Mantener un tipo de conversación natural y apropiada para un adulto.
  • Minimizar al máximo las distracciones, como por ejemplo el ruido de una radio, siempre que sea posible.
  • Incluir a la persona con afasia en las conversaciones.
  • Preguntar y valorar la opinión de la persona con afasia, especialmente con respecto a los asuntos familiares.
  • Estimular cualquier tipo de comunicación, ya sea hablada, gestual, señalando o dibujando.
  • Evitar corregir el habla del individuo.
  • Permitirle a la persona con afasia todo el tiempo que necesite para conversar.
  • Ayudar al individuo a participar en actividades fuera del hogar. Busque grupos de apoyo como las comunidades de personas que han sufrido un accidente cerebrovascular.
  • Prestar más atención a todos los elementos comunicativos de naturaleza no verbal que el paciente pueda transmitirnos.

Dar un poco de nuestro tiempo.



La enfermedad, el dolor, pueden ser aislantes. El que sufre siente la tentación de encerrarse en sí mismo, de guardar el dolor dentro de su alma, de no desvelar un secreto que le pertenece a él, que no puede ser comprendido del todo por los otros.

Pero otras veces la enfermedad nos impulsa a pedir ayuda. Sufrir en soledad no es nada fácil. Sufrir con alguien nos permite sentir que en el dolor somos valiosos, que nuestra incapacidad, nuestra pequeñez, nuestra nulidad, no resultan un obstáculo para que otros nos cuiden, nos amen, nos apoyen.

Las manos de muchos hombres y mujeres que sufren nos aprietan con firmeza. Nos piden una parte de nuestra vida. El enfermo necesita amor, cariño, cercanía, a veces tanto o más que una medicina, que una nueva dosis de calmante. El médico que sabe acariciar la frente de sus enfermos, que les conoce, que les da no sólo su ciencia y su técnica, sino su corazón, hace un bien incalculable. El enfermero o la enfermera que peina a una anciana, que le ayuda a refrescarse la boca, que le cuenta una historia del periódico o le pregunta por sus nietos, ofrece un bálsamo profundo, que llega al corazón. El familiar, el amigo, que pasa horas y horas junto al trabajador o al estudiante víctima de un accidente inesperado, hace un gesto de amor y de cariño que sólo los que han sufrido saben apreciar en toda su grandeza.

Es cierto que vivimos en un mundo de prisas. Es cierto que tenemos mil cosas por hacer. Es cierto que desde muy temprano hemos de luchar contra el tráfico, en medio de mil tensiones y problemas. Pero también es cierto que somos más hombres cuando podemos darnos al que sufre, para que su dolor no sea vacío, para que su pena no lo hunda en la soledad, para que su angustia no lo lleve a la desesperación.

Cuando algún enfermo nos apriete la mano y no nos deje ir, no tengamos miedo. Nos pide un poco de tiempo, pero sobre todo nos pide un poco de amor. Nos ofrece también, quizá sin saberlo, la oportunidad de ser un poco más buenos, de sentir lo hermoso que es ser hombre cuando el amor se convierte en lo más importante. Quizá incluso el enfermo sepa amarnos más de lo que nosotros le amemos. Entonces, de un modo misterioso, nuestro dar se convierte en recibir. Los dos somos así un reflejo de Dios, que supo amar sin buscar recompensa, que dio su sangre en una Cruz porque nos quiso, que ha iluminado cada lecho de hospital con un rayo de esperanza, con una lágrima de alegría. Lágrima de un enfermo y de un sano que supieron dejar algo de sí mismos para vivir, generosos, buenos, junto al que sigue allí, a nuestro lado.

domingo, 10 de agosto de 2008

Notas para las personas que Cuidan Enfermos


Lo primero es el realismo.
No podemos partir del "yo puedo con todo", sea cual sea nuestro carácter o el esfuerzo y las horas a invertir. No nos creamos imprescindibles ni pensemos que sin nuestra colaboración el desenlace será inminente o en más dolorosas circunstancias.
"Ellos no saben hacerlo y le hacen daño" o " conmigo está más tranquilo y se siente más seguro" o "lo que él quiere es estar conmigo, porque se sabe más atendido" son planteamientos poco prácticos.


El cuidador, con su dedicación exclusiva y absorbente, no conseguirá sino agotarse y frustrarse. No podrá impedir que haya momentos en los que el enfermo sufra o en los que incluso le tiranice. Además, esta postura radical causa sentimientos de culpabilidad, cuando el asistente tiene que recurrir a la ayuda de otras personas.

Tampoco debe caerse en el victimismo del "no puedo más, si esto sigue así, me lleva a mí por delante, estoy destrozada de los nervios", sin hacer nada por solucionar problemas que empiezan a hacer un daño serio al cuidador.

Instalarse en la negatividad, en la desesperanza, cuando se cuida a diario a uno de estos enfermos, es cosa fácil, casi natural. Lo apropiado es mirar con serenidad esa etapa, que tiene tres vertientes: la del propio cuidador, la de su familia y la de la persona a quien se ha decidido asistir.

Para que nuestras fuerzas resulten eficaces y atendamos satisfactoriamente al enfermo, el ánimo del cuidador tiene que ser positivo, porque de él y de su serenidad a la hora de tomar las decisiones que se vayan planteando en la relación con el paciente, depende que nos sintamos en paz con nosotros mismos respecto al propósito adquirido: que la convivencia disfrute de un clima de comunicación.

Y que, tanta dedicación tenga su lado positivo: el estrechamiento de los lazos de solidaridad familiar. Y, por supuesto, que la ayuda al enfermo sea un auténtico acompañamiento.
El cuidador debe ayudarse a sí mismo a sentir la ilusión por vivir, cada instante de su vida. Así podrá transmitir alegría y serenidad al enfermo.

No deben faltar hacia este palabras amorosas, besos y caricias: llenarán el recuerdo de nuestro comportamiento con esa persona enferma.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Palabras de Reflexion

Siempre he pensado que cuando tenemos un familiar enfermo nos enfrascamos en curarlo y darle todas las medicinas necesarias, todos los tratamientos necesarios que nos normalmente nos olvidamos de darle otra cosa muy necesaria: Paz, Tranquilidad, alegria y Fuerzas.
Siempre nos vamos hacia el campo medico y dejamos de lado el lado humano y espiritual de las personas.
Por eso quiero tambien incluir en este blog ademas de consejos medicos, terapeuticos y cientificos, que son muy necesarios para comprender ciertas cosas que suceden en el cuerpo de un enfermo y como aliviarlos, textos que nos ayuden a reflexionar y compartir con nuestros seres queridos porque mas que una buena medicina es una buena charla y una sonrisa.
Quise comenzar estos textos con un articulo que me parecio logico colocarlo como inicial en estos textos que comenzare a compartir con todas aquellas personas que puedan leer este blog.

El primer paso: Cambiar.

“El Cambio es el combustible que nos conduce hacia adelante y potencia nuestra creatividad. Queremos: ser mejor, más rápido, más fuerte, diferente… Nuevo y mejorado. Estamos constantemente en movimiento, buscando el cambio y la mejora de nuestras vidas.

Pero, con frecuencia, nos enfrentamos a ese cambio y nos desborda. En ese momento, sabemos donde estamos y podemos visualizar donde queremos estar, pero el trayecto desde aquí hasta allí, puede parecer demasiado complicado. Lo podemos ver como un abismo, que no sabemos cómo cruzar. Es en ese momento, cuando muchos de nosotros nos detenemos en el camino y nunca llegamos a dar, ni siquiera el primer paso hacia nuestros sueños.

Sin embargo, con frecuencia, el camino a través de ese abismo es tan fácil que la mayoría de nosotros busca más allá sin verlo. Nos vemos intimidados por el tamaño y profundidad del camino y creemos que la solución debe ser igual de grande y compleja.

Pero la verdadera solución es mucho más sencilla. La solución es centrarse en el PRIMER PASO que es necesario dar en ese camino, hacia el cambio que buscamos. Sólo en ese primer paso, nada más.

A menudo, la fuerza para ver más allá, nos confunde e intimida. Pero, en realidad, al margen de lo largo e intimidatorio que pueda ser nuestro viaje, sólo se puede iniciar dando el PRIMER PASO. Sea cual sea el segundo paso, sólo lo podremos dar, después de haber dado el primer paso. Es la única forma de llegar.

“Una persona que conduce de noche, sólo puede ver hasta donde alumbran las luces de su coche, sin embargo, de este modo, puede conducir hasta donde quiera”.

Con frecuencia, intentar ver más allá de las luces, puede hacer que te pierdas. Confía en que durante tiempos de cambio lo que está iluminado frente a ti es lo único que necesitas ver para tomar las decisiones adecuadas para tu vida.” (Articulo de Richard Largman)

Espero que estas palabras sirvan de estimulo a todos que este trabajo de cuidado de enfermos ya sean familiares o no, es un camino largo pero que trae sus recompensas y solo de ver una cara agradecida y llena de vida es mas que suficiente para seguir adelante. NO duden en dejar sus comentarios para ir mejorando cada dia mas.

Consejos para cuidar un enfermo.

El cuidado de una persona en recuperación es, en cierta manera, muy delicado y complicado. Para evitar cansarse y, realmente, ayudar en la rehabilitación, acortando la convalecencia, acá le damos ciertas premisas.
En lo posible levantar las persianas para que entre la luz solar, que es beneficiosa y estimulante.
Si el paciente está inmovilizado, rotarlo cada dos horas para evitar lesiones en la piel y si puede sentarse, tratar que lo haga frecuentemente.
Preferentemente, sentarse enfrentado a la cama para buscar el contacto visual y evitar girar la cabeza. Siempre hay que hablar cuando el paciente esté interesado, sacando temas que sean de su interés.
Si el paciente puede comer solo que lo haga lo más erguido posible.
Para ir al baño, evitar el uso de pantuflas porque pueden hacer que el paciente resbale. El calzado debe ser ajustado y hay que supervisar que los movimientos sean tranquilos y lentos.
Para evitar caídas, se sugiere colocar una baranda del lado en que no haya alguien cuidando o, si se trata de un domicilio correr la cama contra la pared.
Estimular al paciente a que haga actividades que le gusten como jugar cartas, escuchar música o dibujar.
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