Se entiende por factores de riesgo aquellas circunstancias o aspectos que aumentan la probabilidad de que ocurra un daño; diremos entonces que los condicionantes que pueden predisponer el cuadro de ACV, se pueden clasificar en:
Factores de riesgos modificables y/o controlables, como son:
1. Consumo de cigarrillos: El fumar duplica el riesgo de ACV. Acelera el endurecimiento de las arterias, incrementa las chances de formación de trombos y aumenta la presión arterial. Lo importante es saber que al dejar de fumar el riesgo de ACV disminuye notoriamente.
2. Consumo de alcohol: Diversos estudios demuestran que beber con moderación (hasta dos copas diarias) puede reducir el riesgo de ACV a casi la mitad. Sin embargo beber más de dos copas por día, puede aumentar el riesgo en tres veces. El alcohol es una droga que puede interactuar negativamente con los medicamentos.
3. Exceso de peso: Indiscutiblemente que representa una sobrecarga para todo el sistema circulatorio, y además conlleva en lo general otros factores de riesgo en su carácter de aditivo como pueden ser hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes. La dieta juega un rol muy importante, se recomienda disminuir en ella el consumo de sal, grasas saturadas y colesterol.; si fuera necesario también los hidratos de carbono.
4. Sedentarismo: Es un importante factor de riesgo, la actividad física regular disminuye la posibilidad de ACV, se recomiendan 30 a 40 minutos de actividad aeróbica por lo menos 3 veces a la semana. No sólo reduce el riesgo de ACV, sino también de enfermedades cardiovasculares.
5. Hipertensión arterial: Está relacionada directamente con el ACV, aumenta en cuatro veces el riesgo. Lesiona la pared de los vasos arteriales de forma gradual .Por lo tanto necesita de un control y tratamiento. Hay estudios que demuestran que varias personas que sufrieron un ACV no conocían ser hipertensos.
6. Fibrilación Auricular: Esta arritmia es responsable de producir trombos y con la consecuente posibilidad de oclusiones arteriales. Aumenta también de cuatro a seis veces la posibilidad de producir ACV. Por lo tanto su diagnóstico y tratamiento son de vital importancia, siendo posible su control a través de medicamentos o procedimientos eléctricos como es la cardioversión.
7. Enfermedad cardiaca: Las afecciones de las arterias coronarias, insuficiencia cardiaca, representan también riesgo para ACV. Los ateromas de las arterias pueden desprenderse y migrar al cerebro, ocluyendo finas arterias cerebrales. Y disminuyendo o suprimiendo el flujo sanguíneo normal.
8. Hipercolesterolemia: Los valores de colesterol sérico deben ser conocidos, ya que este factor es indirecto para ACV, pero pone a las personas en alto riesgo de enfermedad coronaria. Cambios en la dieta suelen ser las medidas más fáciles para reducir los niveles altos de colesterol en sangre, con ejercicios físicos. De todas maneras hay medicación para controlar aquellos aumentos de colesterol que no obedecen a la dieta y el ejercicio.
9. Diabetes: Aumenta el riesgo. Esto se puede deber a las alteraciones arterialescirculatorias que ocasiona. Es muy importante mantener las cifras de glicemia de manera controladas.
10. Ataques previos de ACV, conocidos como Crisis Isquemias Transitorias (CIT) Son conocidos como episodios cortos de síntomas de ataque cerebral que usualmente duran pocos minutos y no dejan daño permanente instalado. Más de un tercio de las personas que experimentan CIT regresan a ACV.
Estos factores de riesgo indudablemente pueden ser reducidos con educación a la sociedad, cambios en estilos de vida y con cuidados y tratamiento.
Factores de riesgo no modificables:
1. Edad: Las posibilidades de tener un ACV aumentan con la edad. Dos tercios de todos los ataques cerebrales ocurren en personas mayores de 65 años. Aunque en los últimos años se vio un aumento considerable en la población adulta joven.
2. Género: Los varones tienen ligeramente mayor probabilidad de padecer un ACV que las mujeres.
3. Historia familiar: A pesar que el riesgo verdadero varía, las personas con historia familiar de ataques cerebrales tienen mayor prevalencia para ACV.
Tener uno más factores de riesgo individuales, no controlables, no significa necesariamente ACV, significa que se deberá prestar especial atención al estilo de vida y a los factores de riesgo que se puedan sumar y controlar.
La detección y el manejo de los factores de riesgo para ACV son la mejor manera de disminuir el verdadero riesgo, para lo cual los integrantes del equipo de salud deben mantener una actitud de promoción y prevención.
La Asociación Americana del Corazón hace una pregunta muy interesante cuando trata ese tema: “¿Cuál es su riesgo de tener un ataque cerebral?” Y responde así: “Si yo puedo tener un ACV, usted también puede tenerlo”
Factores de riesgos modificables y/o controlables, como son:
1. Consumo de cigarrillos: El fumar duplica el riesgo de ACV. Acelera el endurecimiento de las arterias, incrementa las chances de formación de trombos y aumenta la presión arterial. Lo importante es saber que al dejar de fumar el riesgo de ACV disminuye notoriamente.
2. Consumo de alcohol: Diversos estudios demuestran que beber con moderación (hasta dos copas diarias) puede reducir el riesgo de ACV a casi la mitad. Sin embargo beber más de dos copas por día, puede aumentar el riesgo en tres veces. El alcohol es una droga que puede interactuar negativamente con los medicamentos.
3. Exceso de peso: Indiscutiblemente que representa una sobrecarga para todo el sistema circulatorio, y además conlleva en lo general otros factores de riesgo en su carácter de aditivo como pueden ser hipercolesterolemia, hipertensión arterial y diabetes. La dieta juega un rol muy importante, se recomienda disminuir en ella el consumo de sal, grasas saturadas y colesterol.; si fuera necesario también los hidratos de carbono.
4. Sedentarismo: Es un importante factor de riesgo, la actividad física regular disminuye la posibilidad de ACV, se recomiendan 30 a 40 minutos de actividad aeróbica por lo menos 3 veces a la semana. No sólo reduce el riesgo de ACV, sino también de enfermedades cardiovasculares.
5. Hipertensión arterial: Está relacionada directamente con el ACV, aumenta en cuatro veces el riesgo. Lesiona la pared de los vasos arteriales de forma gradual .Por lo tanto necesita de un control y tratamiento. Hay estudios que demuestran que varias personas que sufrieron un ACV no conocían ser hipertensos.
6. Fibrilación Auricular: Esta arritmia es responsable de producir trombos y con la consecuente posibilidad de oclusiones arteriales. Aumenta también de cuatro a seis veces la posibilidad de producir ACV. Por lo tanto su diagnóstico y tratamiento son de vital importancia, siendo posible su control a través de medicamentos o procedimientos eléctricos como es la cardioversión.
7. Enfermedad cardiaca: Las afecciones de las arterias coronarias, insuficiencia cardiaca, representan también riesgo para ACV. Los ateromas de las arterias pueden desprenderse y migrar al cerebro, ocluyendo finas arterias cerebrales. Y disminuyendo o suprimiendo el flujo sanguíneo normal.
8. Hipercolesterolemia: Los valores de colesterol sérico deben ser conocidos, ya que este factor es indirecto para ACV, pero pone a las personas en alto riesgo de enfermedad coronaria. Cambios en la dieta suelen ser las medidas más fáciles para reducir los niveles altos de colesterol en sangre, con ejercicios físicos. De todas maneras hay medicación para controlar aquellos aumentos de colesterol que no obedecen a la dieta y el ejercicio.
9. Diabetes: Aumenta el riesgo. Esto se puede deber a las alteraciones arterialescirculatorias que ocasiona. Es muy importante mantener las cifras de glicemia de manera controladas.
10. Ataques previos de ACV, conocidos como Crisis Isquemias Transitorias (CIT) Son conocidos como episodios cortos de síntomas de ataque cerebral que usualmente duran pocos minutos y no dejan daño permanente instalado. Más de un tercio de las personas que experimentan CIT regresan a ACV.
Estos factores de riesgo indudablemente pueden ser reducidos con educación a la sociedad, cambios en estilos de vida y con cuidados y tratamiento.
Factores de riesgo no modificables:
1. Edad: Las posibilidades de tener un ACV aumentan con la edad. Dos tercios de todos los ataques cerebrales ocurren en personas mayores de 65 años. Aunque en los últimos años se vio un aumento considerable en la población adulta joven.
2. Género: Los varones tienen ligeramente mayor probabilidad de padecer un ACV que las mujeres.
3. Historia familiar: A pesar que el riesgo verdadero varía, las personas con historia familiar de ataques cerebrales tienen mayor prevalencia para ACV.
Tener uno más factores de riesgo individuales, no controlables, no significa necesariamente ACV, significa que se deberá prestar especial atención al estilo de vida y a los factores de riesgo que se puedan sumar y controlar.
La detección y el manejo de los factores de riesgo para ACV son la mejor manera de disminuir el verdadero riesgo, para lo cual los integrantes del equipo de salud deben mantener una actitud de promoción y prevención.
La Asociación Americana del Corazón hace una pregunta muy interesante cuando trata ese tema: “¿Cuál es su riesgo de tener un ataque cerebral?” Y responde así: “Si yo puedo tener un ACV, usted también puede tenerlo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario