La forma como las personas se ofrecen a ayudar puede tener un impacto positivo o negativo que influirá en la respuesta de la persona enferma.
- Es importante personalizar. Cuando te dirijas al enfermo mencionalo por su nombre a menudo
- Sonrie
- No te ofrezcas a hacer algo salvo que realmente estes dispuesto, de corazón, a hacerlo.
- Se delicado pero intenta no tratar al otro “con pinzas”
- Muestrate respetuoso respetando los límites y espacios personales y de intimidad siempre que sea posible
- Respeta la autonomía del otro por más incapacitado que esté
- Preguntale, siempre que sea posible
- No hables de él con otra persona, como si éste no este presente
- Evita prohibirle pensar, sentir o hacer
- Evitar decirle lo que debe pensar, sentir o hacer
- Intenta estar disponible cuando solicite ayuda
- Se creativo y detallista
- Cuando no sepas como ayudar puedes hacer la pregunta siguiente: “¿Hay algo que yo pueda hacer para ayudarle, para acompañarle mejor?”
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